Toda historia comienza con el despertar de sus respectivos héroes. ¿Cómo escribir una mitología sin el necesario "llamado a la aventura"? Me refiero a ese dejo de adrenalina que empuja, por ejemplo, a un plomero a recorrer la galaxia entera para rescatar a la princesa de una tortuga amorfa cuya especie está extinta en nuestra realidad.
Podríamos hablar de la obligación, de los principios y del sentido ético que todo aventurero posee. Sin embargo, el pasar de los años nos lleva a pensar que la lucha entre el bien y el mal supera ese libre albedrío y se convierte en el despertar de un destino. Sólo un poco de mala suerte lleva a estas fichas a moverse en una historia sin sentido cuyo final es variable entre dos posibles opciones: o repetir su vida una y otra vez o fallecer en el primer intento.
Veámoslo desde otra perspectiva con ejemplos. ¿Sabías que The Legend of Zelda lleva una continuidad? Ni siquiera el propio Nintendo creía en esto hasta hace unos años y crearon una línea que intenta recopilar todos los juegos, abriendo el panorama a nuevas historias. Sin embargo, la trama será casi siempre la misma: El héroe en túnica verde que rescata a la princesa de un villano que posee la oscuridad. Aunque no lo crean, esto tiene un sentido de ser: los tres personajes están atrapados en un ciclo eterno por culpa de una maldición.
Todo videojuego se convierte en una representación: mismos actores, trama similar y el mismo espectador. Se encuentran atrapados en el tiempo y en un eterno retorno que sólo tú podrás controlar. Lo mejor de todo es que podrás vivirlo cuantas veces quieras. Ellos estarán a tu disposición y buscarán entretenerte.
Bajo esta perspectiva, podemos comprender, a grandes rasgos, el universo que títulos como Mario Bros. han creado. Están diseñados de tal forma que todo parece pertenecer a una dimensión alterna. Hace algunas unas semanas, Shigeru Miyamoto (creador de la franquicia) confirmó que la tercera entrega de ésta es una representación teatral y que deberíamos ver a todos sus personajes de esa forma; podría ser una épica aventura en el espacio, en un campo de golf o arriba de sus respectivos coches para comenzar la carrera. El plomero y sus amigos se difuminan y transforman dependiendo de las necesidades del consumidor.
El inicio de una franquicia puede estipular distintos ciclos que no dependen de la trama o los actores en cuestión. ¿Qué tal si la repetición es sólo de factores internos? Sagas como Final Fantasy han logrado sobrevivir sin una respectiva secuela y cada entrega nos brinda diferentes tramas, personajes y logros. Sin embargo, las creaturas, mitologías y creencias siempre recitan la historia de los cristales que dan energía a un mundo mágico a través de la fuerza de la naturaleza. Asientan bases y la continuidad sólo se da a partir del contexto en que la historia se desenvuelve.
Es una desgracia que no todo título pueda crear un universo alrededor de sí mismo. Hemos de recordar que, a fin de cuentas, los videojuegos son un negocio como todo en este mundo. Así como en la literatura, el mundo de los videojuegos tiene a su Carlos Cuauhtémoc Sánchez en títulos como FIFA, Call of Duty, Madden y muchos otros. Son éxitos comerciales que no han aportado nada a la industria, pero con enormes bases de usuario.
Por ahí, entre un mar de títulos digitales, tenemos a las pequeñas joyas escondidas. A muchas de ellas no se les da una oportunidad de crecer ya que no atrapan al público general. ¿A quién le importa la distorsión espacio-temporal y la teoría de los multiuniversos, que es la trama de Steins Gate, cuando podríamos estar todo el día disparando lanzamisiles en línea a jugadores de todo el mundo gracias a Call of Duty?
Esto es sólo una invitación para comenzar a de ver más allá de lo común. Sí, los grandes juegos tienen hasta campañas publicitaras en el transporte de la ciudad. Sin embargo, los pequeños estudios también intentan conquistar el mercado con propuestas diferentes. Tal vez no son franquicias que llevan treinta años en la industria, pero muchos de estos juegos presentan grandes historias, mecánicas y personajes que pocos pueden ofrecer.
