Preguntas es lo único con que el espectador se queda después de presenciar El ventrílocuo de Larry Tremblay.
Preguntas y una satisfactoria pero inquietante sensación de catarsis. Durante la puesta en escena, las emociones del público se encuentran de repente a merced del dramaturgo, quien las manipula a voluntad; desde la más inocente ternura, hasta la indignación rampante.
La trama de la obra es difícilmente descriptible. Jugando con elementos psicoanalíticos freudianos, Larry Tremblay presenta la historia de una inocente joven que sueña con ser la mejor escritora y crear la novela más bella del mundo. Sin embargo, su personalidad nunca acaba de desnudarse ante la audiencia, siempre conserva un velo de enigma que perturbaría a la más inocente de las personalidades. El espectador nunca sabe, y probablemente esa es exactamente la intención del autor, cuándo hay que distinguir entre los sueños y fantasías de la joven y los sucesos reales. Utilizando la metáfora de un ventrílocuo, Tremblay hace hablar a las más profundas conciencias de sus personajes, desvelando estas sus caracteres genuinos, pero que se revisten de ambigüedades al interactuar con los demás personajes y sus propios deseos.
Complejos psicológicos, traumas familiares, incesto, esquizofrenia, todo eso y más está incluido en El ventrílocuo de manera implícita, pero nunca hay un pronunciamiento esclarecedor al respecto del significado de estos elementos, lo que aumenta la ambigüedad de la obra y la convierte más bien en una reflexión general que interpela muy directamente al auditorio, como mostrándole su propia alma al desnudo y exigiéndole examinarse para revelar que todo aquello no es en realidad tan lejano.
Las dos funciones restantes se llevarán a cabo en el Teatro La Capilla / Madrid no. 13, Col. Coyoacán, los sábados 21 y 28 de Noviembre a las 19:00 horas. Entrada General $150 y $100 estudiantes, maestros e INAPAM con credencial vigente.
