En una sociedad donde las clases sociales media y alta tienen el control de las empresas, gobierno, política y se vinculan con la policía pretendiendo desprenderse de las obligaciones que pertenecen a su ámbito, es parte de la puesta en escena de esta obra, que se desarrolla en la casa de la familia Cuevas.
Ha sucedido un suicidio, una chica que trabajaba en la empresa de la poderosa familia Cuevas ha tomado la determinación de envenenarse, hecho que se presenta en medio de la velada que tiene esta familia, interrumpida por la visita de un inspector que confronta a cada uno de los presentes ante la realidad en la investigación de la extraña muerte de la joven, el hecho podría pasar desapercibido, de no ser por las sorpresivas revelaciones que cada uno de los miembros está a punto de confesar.
En medio de esta celebración las emociones se desbordan, las mascaras se desvanecen y sale a la realidad la posición en la que se encuentra cada miembro de la familia ante sí mismos, pero esto no para ahí, ya que el misterioso inspector que confronta los eventos ante cada miembro de la familia, así como aparece, desaparecerá dejando a la familia con la sensación de incertidumbre, y con sentimientos encontrados donde la realidad supera al hecho de saber si realmente es quien dice ser.
La puesta en escena nos presenta la adaptación de esta obra en el año 2012 dejando al espectador una reflexión, la noticia de la desaparición de 1872 jóvenes con características físicas similares. Un tema que nos toca tan de cerca y que nos permite cuestionarnos si nuestro silencio ente el hecho es por temor, ignorancia o complicidad.
Dirección de Escena / Adaptación / Diseño de Espacio Escénico : Clarissa Malheiros.
Diseño de Iluminación y Espacio Escénico / Colaboración Artística: Juliana Faesler.
Actores: Roldán Ramírez, María Sandoval, Sergio Cuellar, Santiago Zenteno, Teté Espinoza, Ricardo Letona y Jair Torres.
Asistente de Dirección : Isacc López.
Comunicación y Medios: Nora Castrejón.
Coordinación General: Fidel Nah.