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INOCENTE ALIENTO

@leonergo

Un psicodrama en la mesa de evaluación psiquiátrica de una prisión.


El guión parece embrollado, las citas bíblicas abundan y los diálogos pueden rayar en monólogos. La historia en general parece un calco de El Silencio de Los Inocentes, al menos hasta que el guión da un giro en el que la doctora resulta, en realidad, ser una asesina.


En cuanto a los personajes, la carga psicológica en ambos está bien lograda, quizá lo que retarda la explosión de los caracteres es la retahíla de pasajes bíblicos de los cuales la gran mayoría están bastante bien usados, sin embargo, otros parecen sólo aglutinarse de modo que se transforman sólo en palabrería.


Con respecto a las actuaciones, hay que aplaudir la del señor Pablo Mendizábal pues la energía que emana de por sí su persona fue muy bien usada para caracterizar al asesino; lo diré de una forma más simple me dio miedo y, el momento que se me quedó sumamente grabado pues su personaje llegó al culmen de una manera espectacular, con teatro físico incluído y perfectamente ejecutado, fue cuando acorrala a la doctora y muestra todo su poderío. Golpe, cara roja y baba de por medio.


Por otra parte, su pareja en el escenario quizá no estuvo del todo a la altura: al inicio de la puesta, sobre todo, no me convenció la ejecución del personaje como ni como doctora ni como académica ni como sociópata. Lo diré de otro modo: la caracterización más bien me recordó a una colegiala sexy o al cliché de la niña rica que, al final, termina por ser una villana de telenovela. Sin embargo, el empeño que se puso y el esfuerzo en interpretar un papel como el de la doctora estuvo y, por ello, debe de reconocérsele.


Anden a Teatro en Corto y vean esta puesta, no creo que se arrepientan.

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