Sabemos que, para una banda, grabar su primer disco es una gran experiencia, llevar a cabo su sueño y todas esas cosas que nos cuentan los músicos en entrevistas; pero muy pocas veces pensamos en qué significa el primer disco de una banda. ¿Recuerdas cuando escuchaste el primer disco de tu banda favorita? Hay incertidumbre en lo que escuchas; probablemente algunas canciones te enganchen y las demás se queden en esa primera escucha.
La
verdad es que muy pocas veces nos encontramos ante un álbum debut lo suficientemente poderoso para mover masas y llevar al éxito rotundo a algún músico y, siendo completamente sincero, no creo que Communion de Years & Years sea uno de estos, pues aunque Olly Alexander y compañía nos deleiten con las melodías synth-pop de Communion éste nunca llega a consumarse como un álbum "brillante"; no quiero que haya un mal entendido: la música es buena y tenemos sencillos perfectamente producidos que ya son un éxito, como “King” y “Shine”, los cuales muestran la gran energía que puede tener una voz suave y delicada como la que posee el también actor Olly Alexander y la habilidad en composición de Mikey Goldsworthy y Emre Türkmen pues los dos son bastante talentosos.
En un mundo musical en el que el uso del sintetizador sigue creciendo es difícil encontrar piezas que valgan la pena y “Communion” lo vale; quizá no sea el mejor primer álbum de la historia y, estoy seguro que tampoco es el mejor de Years & Years, pues si continúan con su formula de sintetizadores pegadizos, olvidándose un poco de las baladas como “Memo” o “Without” y le suman las letras sobre chicos que bastante bien le hacen a la sociedad, tendremos material bastante bueno por parte de este trio británico.
Recuerda que puedes escuchar Communion en Spotify, Apple Music o cualquier otro los servicios de streaming y así darle una oportunidad a esta nueva banda.